03 November 2007

Los Buenos

Este próximo domingo es la segunda vuelta electoral en Guatemala. Este proceso electoral es el segundo en el que no participo desde que emigré a Canadá. A pesar de que legalmente y apasionadamente me consideraro guatemalteco, estoy consciente que es por mi propia decisión que he renunciado a este derecho de todo ciudadano que es el poder votar. Esta entrada esta dedicada a ustedes, los que sí pueden votar, los que "se quedaron", los que "no se han ido", y a los que "regresaron". Ustedes, mis amigos, amigas, hermanas, hermanos, ustedes son los buenos.

Con el peligro de ofender a varias de las personas que más aprecio, quienes como yo viven y dejan vivir afuera de las fronteras del país que nos vio nacer, tengo que aclarar que no es que nosotros no somos buenos. Hablando exclusivamente de mí mismo, aunque quienquiera puede verse aludido o identificarse con mis sentimientos, tengo la certeza de no ser de los buenos, tanto como no soy de los malos. Simplemente soy. No tengo bando ni condición... a veces hago mis maldades y al parecer tengo mis buenos momentos. Vivo en una sociedad "post" en la cual me he convertido en un híbrido migrante, que más allá de ser "igualado", defino la normalidad de este país y esta ciudad. Particularmente he tomado uno de los tantos caminos que se me presentan para escalar la pirámide social. No creo que mi ruta sea la mejor ni la peor, y a veces no sé si tiene destino o si el destino es la ruta.

Volviendo a ustedes, los buenos, los que son más y habitan dentro de las fronteras de la República de Guatemala. Ustedes tienen una oportunidad este domingo de demostrar que la democracia vale la pena. Desde la lejanía y sin derecho a voz les diré que me ha dado tristeza ver la situación política guatemalteca. La falta de liderazgo, no exclusiva de Guatemala, es impresionante. El divisionismo, el oportunismo, la violencia, la corrupción, la desilusión, la apatía, no son nuevas situaciones. Y no por eso dejan de ser trágicas. Por eso quiero exhortarlos a que voten. Voten por quien quieran. Llevense una su choca y echénla a la suerte. Hagan el "tin marín" si quieren. Estoy seguro que en la boleta de la primera vuelta tal vez lo tuvieron que hacer de todas maneras.

Pero voten con la consciencia y el compromiso de que estos próximos cuatro años su participación no se va a desteñir como la tinta "dizque" indeleble. Voten pensando en un proyecto de nación. La nación que nos hemos negado, unos por cómodos, otros por opresores, otros por oprimidos... otros porque nos fuimos. Hagan escuchar su voz. Desde lejos, desde aquí donde los saludo, les puedo dar mis dos centavos acerca de mis sueños para Guatemala. La Guatemala que anhelo para mi familia, porque mi familia forma parte de los buenos.

Dos cosas puedo decirles de lo que pienso acerca de esta nación de la que les hablo. La primera es que en esta nación no cabe el concepto de limpieza social. Aberración Macartista que la guerra civil, como extensión de la guerra fría, dejó olvidada dentro del sistema anacrónico guatemalteco del siglo XXI. La segunda es que un movimiento indigenista no es la solución. Estoy convencido que dentro de los guatemaltecos que se identifican ancestralmente como pertenecientes a pueblos mayas tambien son más los buenos. Pero mientras no pongan de lado el divisionismo y el odio no podrá nacer una Guatemala unida. Claro, es fácil hablar así para un ladino pseudo-criollo que vive en el extranjero. Sin embargo, la realidad no deja de ser realidad por la falta de calidad o calificación de quien la expresa.

No digo que cuando esta nación guatemalteca emerja inmediatamente volveré a ejercer mi derecho de vivir en el territorio en el que nací. Pero al menos tendré paz en mi corazón y no me sentiré como que estoy huyendo de Guatemala y dejaré de sentir esa resaca moral cada vez que tomo un avión hacia y desde La Aurora. Tal vez algún día hasta vuelva a ser de los buenos.

2 comments:

Anonymous said...

Describís muy bien el sentir de muchos de los que no dejamos de ser buenos por estar lejos. Y como diría el editorial de Prensa Libre de hoy... Que Dios bendiga al nuevo presidente electo y que bendiga a Guatemala

Saludos

Manolo said...

Gracias por el comentario Herber... Pues hay buenos que regresan, esperemos que el nuevo vice sea uno de ellos. Pero el mejor ejemplo que podemos tener es J.J. Arévalo quien regresó de Argentina para encabezar el primer gobierno de la revolución.