17 January 2008

Efemérides y un par de poemitas

El mes de Jano es la puerta que ve al pasado y al futuro al mismo tiempo. Es una época de inicios y de recuerdos. En enero inicia el ciclo escolar guatemalteco, como lo reporta LAGPD. Tantos recuerdos del frío de enero en el país de la eterna primavera. Sin embargo, hoy, dos semanas desde que me mudé a mi bati-cueva sobre la calle Dufferin, quiero recordar uno de los primeros eventos que me tocó vivir en Canadá. Era el año 1999 y durante un mes visité como turista este mundo maravilloso de invierno. En nuestro camino de Kitchener-Waterloo a Montreal, a donde mi futura (ex)esposa y yo fuimos a dejar aplicaciones para una universidad, nos cambiamos de bus extra-urbano a tren acá en Toronto. Un frío tremendo calaba los huesos. El viaje que dura aproximadamente cinco horas o un poco menos tardó diez horas debido a una tormenta de nieve que azotó todo el corredor que va desde Windsor hasta Montreal. En dicha ciudad en la provincia de Quebec tuve mi primera experiencia manejando en Canadá y sacando un carro debajo de 30 cm de nieve. Hace nueve años decidí que si podía apalear tanta nieve para poder usar un bendito carro podía (sobre)vivir en este país.
Lo que no sabía entonces, es que dicha tormenta de nieve había creado un caos de tamaño familiar en la ciudad de Toronto. Lo que tampoco sabía entonces es que apenas en 1998 la ciudad de Toronto era sólo una quinta parte de lo que es ahora, luego de una "amalgamación" de cinco áreas o "boroughs" impulsada por un gobierno provincial hambriento por cortar costos y maximizar eficiencia. Algo así como que la ciudad de Guatemala se fue "comiendo" cantones y aldeas aledañas, pero forzado por un Premier semi-dictatorial. Bueno, para hacer corta la historia, el primer alcalde de la nueva "Mega-ciudad" de Toronto, era un pequeño personaje que solía salir en los anuncios de su almacén de muebles y que había sido alcalde de una de las otras mini-ciudades que fueron víctimas de la amalgamación.
En uno de sus más recordados faux pas (y tuvo muchos a lo largo de su mandato frente a la municipalidad) a mediados de enero de 1999, el jefe edilicio pidió la ayuda de las fuerzas armadas canadienses para ayudar con la ciudad sepultada en nieve. Para poner más contexto, el resto de Canadá ya se burlaba de Toronto por no aguantar un par de cm de nieve y recientemente un comediante hasta acuñó el término "torontardado" para designar aquellas personas o lugares que no soportan cuando cae un poco más de nieve que lo acostumbrado.
Para ver material sobre este "evento" de finales del siglo pasado pueden visitar los archivos que la Canadian Broadcasting Corporation (CBC) tiene disponibles en línea:
Toronto calls in troops to fight massive snowstorm [en]
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Recientemente he vuelto a escribir líneas de texto en servilletas, hojitas de cuaderno, recibos del super, en donde pueda y cómo pueda, y luego llamo a mis tanes líricos "poemas". Sin embargo, esto no es algo que es nuevo en mí. De hecho, urgando entre un folder español que me traje de mi matria hace un par de viajes encontré los siguientes "poemas enebrios" (circa 1997)


El mes de Jano tiene dos caras
que les muestra a los niños
que sienten dentro un cariño
por las niñas que quieren ser malas

El mes de Jano, empieza y termina,
es alfa y es omega,
es lobo con piel de oveja,
es falda, es valle, es cráter, es cima.

El mes de Jano tiene dos caras
y yo quisiera que una de ellas
al final me mirara...
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Un aguacero rompió la sequía
Inéditas gotas caen del cielo
Van cumpliendo aquella profecía
Se va convirtiendo en agua el hielo.

Los carros pasan sobre hojas en blanco.
Los carros pasan sobre hojas en gris.
Cómo poemas se forman los charcos.
Canción de enero, arco iris feliz.


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